lunes, 13 de julio de 2015

Si las barbas de tu vecino ves cortar, pon las tuyas a remojar.

Estos días estamos asistiendo a un expolio masivo y descarado de que fue un país europeo, Grecia, convertido en un simple títere a las órdenes del capital centroeuropeo. Lo último, un fondo de inversiones luxemburgués (casi nada) se hará cargo de 50.000 millones de euros en activos griegos y se ocupará de privatizarlos (expoliarlos) a mayor gloria de la Troyka.

Y le va a dar un dinero que tiene que devolver en 6 años (no 10, sino 6), imponiendo un control sobre el parlamento griego (el gobierno griego y su autonomía dejan de existir de facto). Y todo ello para alargar la agonía de la deuda, una deuda que es impagable y que después de las medidas impuestas se convierte en más impagable aún.

¿Y por qué? Porque los griegos son vagos, parásitos, malos vecinos y se gastan todo lo que les damos... o eso es lo que nos han dicho. Y ahora hay que condenarles a pasar hambre, para darles una lección y que vuelvan a la senda de la sumisión, esa que al parecer han intentado abandonar.

Las razones de la quiebra de Grecia no vienen dadas por la mala praxis de su economía. Ni siquiera con buenos gestores hubieran sido capaces de evitar el colapso, como tampoco lo evitaremos ni los italianos, ni los españoles... ni los franceses. La quiebra de Grecia es tan sólo la primera de las muchas que vendrán y que tienen dos efectos colaterales muy marcados, un empobrecimiento brutal de su economía mediante el expolio de sus activos y un enriquecimiento de sus acreedores polarizándose la riqueza.

¿Y cuáles son las razones verdaderas de esta quiebra? Un sistema capitalista salvaje basado en la globalización y una moneda común. La globalización impide la protección de la economía e impide la fijación y control de capitales. Y la moneda común impide una financiación fuera de los mercados.

Un ejemplo de cómo ha afectado la globalización a Europa lo hemos tenido hasta hace poco con la financiación del BCE a la banca. Ese dinero prestado inmediatamente volaba a China, para financiar empresas y negocios que vendían bueno, bonito y barato a Europa, haciendo la competencia a la industria del continente.

El rendimiento de estas empresas era tan alto que superaban el 4%, por lo que la banca no prestaba en Europa, sino a un diferencial mayor. Y en España, si al estado se le prestaba al 5%, qué menos que a la industria al 7% y a particulares al 10%. De facto no había crédito en España (lo que nos contaban que se había cerrado el grifo de la financiación fue un caudal inusitado de fondos europeos a China). Y encima, la deuda europea la compraban los chinos con los beneficios obtenidos.

¿Y por qué ha crecido tanto la deuda? Pues porque el euro es muy voraz y está mal concebido. Se ha creado una moneda común sin una política fiscal común, con dos cojones. ¿Qué pasa cuando intentas mantener la paridad de tu moneda con otra de una economía más potente? Pues simplemente que quiebras, sólo puedes mantener ese ritmo de crecimiento a base de deuda.

Eso ocurre porque si un país con tu misma moneda crece más que tú, en un sistema de libre circulación de capitales, los capitales y las personas emigran hacia esos focos de riqueza. ¿Qué pasó en España en los años 60? Que se emigraba de las regiones pobres hacia los polos de desarrollo, Cataluña, Madrid y Euskadi, donde se concentraba la riqueza y el capital. Invertir en Extremadura en esos años era terriblemente antieconómico y las inversiones debían ser públicas o mediante el endeudamiento. (El capital invierte esperando una rentabilidad, si no se da esa rentabilidad el capital presta ese dinero a un tipo de interés, traspasa el riesgo a un tercero en forma de crédito)

Ahora eso está ocurriendo a nivel europeo. Hay zonas más rentables y si deseamos mantener ese ritmo debemos ofrecer negocios rentables o endeudarnos. La política económica española del IBEX35 y Pymes impide tener negocios rentables, por lo que nos endeudamos. La misma entrada de España al euro fue una trampa, peor que la griega, ya mantuvimos el nivel de crecimiento mediante una burbuja inmobiliaria, que no es otra cosa que deuda. ¿Hacer un bloque de viviendas es un negocio rentable? No, un grupo de propietarios se endeuda a largo plazo para pagar ese bloque de viviendas. ¿Y cómo asegura esa deuda? Con el valor de la propia vivienda, que no obtiene rendimientos económicos directos. Todos sus esfuerzos productivos ajenos a la vivienda se dedican a la vivienda. Eso no era sostenible, es un crecimiento a base de deuda.

Además, hemos visto que en los últimos años se ha multiplicado por 3 la deuda pública. ¿Por qué? Sencillo, porque la política de recortes lo que hace es convertir ciertos bienes en bienes de primera necesidad. Si recortas en educación, son los padres los que tienen que complementar los costes de sus hijos. Si los libros dejan de estar subvencionados, lo mismo que el transporte público, hay más alumnos por clase... los padres tienen más gastos, en libros, en transporte, en clases particulares.

Si tienes que pagarte la comida en el hospital, si aumentan las listas de espera aumenta el tiempo de medicación, de bajas, y aumentan tus gastos sanitarios.

Si tu sueldo no sube, pero tus gastos aumentan por los recortes (se trasladan gastos públicos a privados) haces más uso del sector público. Olvídate de la sanidad, educación o planes de pensión privados, ya que el sobrecoste de lo público me hace acudir más a éste. Conclusión, la privada no es rentable y no paga impuestos pues no obtiene beneficios y la pública tiene más uso, más gasto. Y si contraes la economía, bajas la capacidad de gasto de sus habitantes, eliminando la fijación del capital (son las necesidades básicas de las personas las que fijan el capital, mientras que los beneficios industriales y las plusvalías son más volátiles), te tienes que endeudar para mantener el tipo frente a la moneda común.

En conclusión, Grecia no es más que el principio. O se cambian las reglas del juego, o a España, a Italia, A Portugal, a Francia y a otros muchos países europeos les pasará lo mismo. Y acabaremos debiendo hasta la camisa a Alemania, gestionados por fondos de inversión luxemburgueses.

Yo no quiero pertenecer a esta Europa, me da vergüenza como persona humana decir que soy europeo, reniego de mi supranacionalidad.

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