jueves, 3 de abril de 2014

Los problemas de un euro adolescente.

El el año 2002 la peseta fue sustituida por el euro a todos los niveles. El tipo de cambio entre la peseta y el euro había sido determinado cuatro años antes en 166'386 pesetas por cada euro cambiado. A partir del año 2000 todas las transacciones electrónicas se hacían ya en euros.

El euro nacía como moneda prostituida, hija de mil padres, en la que cada uno de esos padres tenía que aportar la pensión compensatoria a esa moneda, una pensión que dependía en mayor o menor medida de la capacidad económica del país, pero una moneda tutelada por un organismo dependiente en mayor o menor medida del poder económico de esos padres.

Pero... ¿por qué se creaba el euro? Pues principalmente para hacer la competencia al dólar. La moneda estadounidense se había impuesto en el comercio internacional, y cotizaba como un valor más. La reserva federal se había convertido en algo testimonial y estados unidos contaba con la ventaja de que sus políticas monetarias podían influir en la economía global, lo que le daba una ventaja cualitativa.

Para poder acometer algo tan complicado como hacer sombra al dólar, se precisaba de un mercado lo suficientemente grande, una estabilidad en ese mercado, una moneda estable y barata y provocar un crecimiento exponencial.

Para crear el mercado, se eliminaron las fronteras al capital, a bienes y servicios y a personas en los estados de la denominada eurozona, o sea, los estados europeos que adoptaron el euro como moneda oficial. Para crear estabilidad en el mercado se establecieron unos criterios de convergencia económica y se estableció un límite del déficit público, así como exigir un crecimiento estable y armonizado en todos los países. La estabilidad de la moneda se logró mediante un único organismo de control, dependiente de la comisión europea, el Banco Central Europeo y para provocar ese crecimiento exponencial se usó un coeficiente de caja bancario muy bajo, de apenas el 2%.

El coeficiente de caja es el porcentaje de depósito que se debe quedar como reserva en un banco. Así pues, cuando la banca recibe 100 euros de depósito, sólo puede prestar 98 y guardar 2. Esos 98 euros prestados generalmente se utilizan para realizar alguna transacción comercial, y vuelven a la banca en forma de depósito, por el vendedor, y la banca puede prestar 96'04 € y guardar en depósito 1'96 € y así sucesivamente hasta que se recuperan los 100 € iniciales. Y para cuando esto ocurre, ya hay 5.000 € en circulación.

Esto significa que por cada euro que emite el BCE, pueden circular de facto 50 €. Sin embargo, en EEUU el coeficiente de caja es del 10%, por lo que por cada $ emitido por la reserva federal se hacen circular 100 $.

Pero eso traía consigo una serie de riesgos. Si un país por cualquier razón no cumplía con los criterios de convergencia, y crecía por debajo de la media (de facto, si hay una media, hay diferencias entre los de mayor crecimiento y los de menor crecimiento) se debería a que el rendimiento de sus inversiones era inferior (por carestía de energía, clima, estructura económica, etc.) por lo que se podría producir una fuga de capitales hacia zonas donde el rendimiento era más favorable, y más aún en una eurozona sin restricción en el movimiento de capitales.

En ese caso, se producirían dos efectos importantes. Por un lado, el coste de financiación sería mayor, para poder atraer a esos capitales frente a otras zonas de mayor crecimiento y menor riesgo, y por otro lado el volumen de financiación global de esa economía debería ser mayor para poder seguir el ritmo de crecimiento de economías más eficientes.

Y para paliar en parte esos efectos, se incentivaba la inversión pública mediante unos fondos globales europeos. A esos fondos los países de mayor crecimiento aportaban más que los de menos, y eran éstos últimos los que más recibían, sobre todo en infraestructuras, obra pública, para evitar hacer la competencia al capital productivo.

Pues bien, a escasos 6 años de la implantación del euro, el sistema falló. Y ya tenía precedentes. En el año 2002, cuando pasamos al euro, ya tuvimos la sensación de que el coste de vida se disparaba. Esto era debido al ajuste económico de 4 años (desde 1998) con un cambio fijo entre peseta y euro. En el momento que este cambio se liberalizó, con la entrada del euro, los precios obviamente se ajustaron, y al alza.

Y durante esos 6 años, el crecimiento español se basó en endeudamiento. Se utilizó el efecto acelerador de la economía que el sector de la construcción tiene tradicionalmente (por eso los fondos europeos se invierten en infraestructuras) pero captando deuda privada, o sea, el sector de la construcción se especializó en vivienda sufragada no con fondos estructurales sino con fondos privados de los compradores de vivienda.

Este endeudamiento favorecía al euro, porque contribuía a multiplicarlo y que plantara cara al dólar, pero ese euro estaba construido como un castillo de naipes. Y en cuando falló la base, el euro cayó. la burbuja inmobiliaria estalló a nivel mundial, con sus especulativas subprimes, y resultó que los bancos vieron que las deudas que las promotoras habían contraído no se pagaban. Se disimuló contablemente quedándose con los bienes hipotecados, pero esos bienes, con un valor añadido especulativo importante rápidamente se devaluaron. Hay que tener en cuenta que el valor añadido que multiplicaba por más de 100 el valor inicial de un suelo era simplemente la firma de un político, político que posiblemente ahora esté imputado por algún caso de corrupción.

Como de repente disminuía el valor contable de los créditos concedidos por la devaluación del valor especulativo de la vivienda y no sólo llegaban peligrosamente a hacer tambalearse el coeficiente de caja sino que en muchos casos lo sobrepasaban. Y sin depósitos de respaldo, el mismo efecto multiplicador de ese coeficiente de caja, lo hizo tambalearse. Y para evitar que el sistema financiero quebrara y arrastrara a un euro que había multiplicado por 50 su presencia sin respaldo del BCE basado en la banca, hubo que rescatarla.

Ese rescate de la banca encareció y restringió la financiación, por lo que los estados que no podían seguir el ritmo de crecimiento de los más eficientes, vieron como el coste financiero de su endeudamiento se disparaba. Aparecía la crisis de la prima de riesgo. Y algunos de estos países no llegaron ni siquiera mediante endeudamiento a seguir ese ritmo, debido a la depresión económica en la que se vieron sumidos y se produjo la quiebra de algunos de ellos, empezando por Grecia.

Estos estados debieron ser rescatados con fondos europeos, inyectados directamente a cubrir su deuda, más que nada para salvar al euro y a las entidades financieras que poseían su deuda, pero se les impuso una política de austeridad salvaje. 

Esto quebró con el principio de crecimiento equilibrado entre los estados de la eurozona, y la situación en esos estados se agravó. El capital salió de los países de menor crecimiento y se refugió en centroeuropa.  Y centroeuropa empezó a imponer restricciones a la salida de ese capital de sus países, y ahora empieza a poner restricciones a la entrada de personas. Porque no lo olvidemos, cuando desaparece el capital, desaparece la inversión, cae la economía, y las personas...emigran.

El euro ha fracasado en apenas 6 años. Y desde 2008 arrastramos una serie de políticas que van a acabar con la Unión Europea en su conjunto. Tarde o temprano países como Grecia o Portugal, y otros más grandes como Italia o España se verán obligados a tomar medidas de restricción de salida de capital y políticas monetarias. Centroeuropa empieza a cerrar sus fronteras lo que va a convertir a Europa en una gran urbe con guettos periféricos donde la mano de obra va a ser más barata y la riqueza estará más polarizada, con crecimientos limitados y supeditados a los países ricos, hasta que reviente y políticas populistas saquen a esas economías del euro, impongan aranceles y  se nieguen a pagar la deuda adquirida.

Las políticas de reparto de riqueza entre diversos estados hace mucho tiempo que finalizaron. Sólo hay que ver el ejemplo de las autopistas radiales madrileñas, u otras como la supersur de Bilbao, infraestructuras realizadas con fondos privados en gran parte pero con el aval de un estado en manos de la política de amiguetes, todo hay que decirlo, que como no se sostienen, hay que rescatar, sopena de tener que pagar los avales consignados.

El coeficiente de caja ha mostrado su debilidad y ha hecho tambalearse al euro, obligando a rescatar a toda la banca. Las políticas de austeridad impiden el endeudamiento y están provocando polarización de la riqueza por un lado, y contracción de la moneda a nivel internacional por otro, algo que se está intentando contrarrestar con una guerra de tipos de interés de manera que se están emitiendo euros casi por debajo de su coste de impresión.

En definitiva, se han roto todos los criterios de base de creación del euro, y ahora se está empezando con la restricción de movimiento de personas, inicialmente con los no productivos (los rumanos por su raza en Francia o los parados por su situación en Alemania) y de capitales.

El euro va a caer sin llegar a la adolescencia.

Si quieres conocer más sobre mí, puedes leer mis novelas, de estilo variado, desde el humor de "Por un puñado de polvos" hasta el género fantástico de "La muerte de Adam", pasando por la novela policíaca de  "Crimen perfecto" Puedes informarte aquí.

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